Los Fueros

El Fuero ha sido elaborado por la tradición y responde al sentimiento natural de Navarra. Contempla las necesidades sociales, refleja convicciones profundamente sentidas y tiene un carácter consuetudinario consustancial con la propia naturaleza del viejo reino.

miércoles, 29 de mayo de 2013

29/V/1893. LA GRAN MANIFESTACIÓN DE PAMPLONA EN LA PRENSA

29 de Mayo de 1893

Hoy en Madrid está teniendo lugar el debate parlamentario sobre el contrafuero. Parece que está siendo especialmente tenso entre el decano de nuestros diputados a Cortes, el Sr. Los Arcos y el ministro de Gobernación. Mañana nos llegarán noticias más concretas.

Mientras tanto aun tenemos la resaca de la gloriosa jornada de ayer en Pamplona. Efectivamente la prensa saca en primera plana la crónica de las manifestaciones de protesta foral, que demuestran que este pueblo y esta sociedad aun están vivas. Entre ellos el "Liberal Navarro", nada sospechoso de antigubernamental precisamente, escribe lo siguiente:



"El Liberal Navarro
DIARIO DE LA TARDE
 
Grandiosa e imponente protesta de un pueblo que quiere alcanzar justicia porque vive al amparo de la Ley. Eso fue la manifestación unánime de Pamplona que demostró una vez más su ardiente amor a las gloriosas tradiciones de nuestro régimen privativo.

¡Y cómo lo demostró! ¡Con cuánta prudencia, con qué exquisita corrección llevó a cabo ese acto importantísimo tan propenso a disturbios! Bien puede asegurarse que la actitud en que ayer se mantuvo el pueblo de Pamplona, podrá servir de saludable ejemplo para cuantos en Navarra y fuera de ella apelen al derecho de manifestación pacífica en demostración elocuente de sus deseos y esperanzas. Mucho, muchísimo esperábamos de nuestros conciudadanos que siempre han dado fehacientes pruebas de respetuoso acatamiento a los dictados de la razón y a los consejos de la prudencia; pero por mucho que imaginásemos ver la manifestación sujeta en todo a la más perfecta corrección, no hubiéramos llegado a pretender mayor cordura, mayor docilidad ni mayor nobleza que la demostrada por el vecindario de Pamplona.

La prensa local, interpretando los deseos de la Junta Directiva de la manifestación, hizo indicaciones para inculcar en el ánimo de nuestros conciudadanos la necesidad de que el acto público de protesta que preparaban tuviese la solemnidad posible; se recomendó la abstención de gritos opuestos a las exigencias de la prudencia; se expresó la conveniencia de que se evitasen los discursos en la vía pública y se hicieron cuantas indicaciones parecieron oportunas para mayor esplendor de la protesta. Y si el entusiasmo ha impedido que la manifestación fuese todo lo silenciosa que hubiera sido de desear, los gritos proferidos por el pueblo de Pamplona avalan el acendrado amor a nuestros fueros y demuestra que los corazones latían emocionados por la grandiosidad del espectáculo y por la consideración del común deseo que ha borrado las diferencias políticas, unido los partidos, avasallado las voluntades y reproducido aquellos días, ya lejanos, en que Navarra veía a sus hijos aprestarse a la lucha material y física, como ahora se apresta a la defensa legal de sus derechos.

El pueblo de Pamplona ha merecido un aplauso entusiasta y la redacción de El Liberal Navarro se lo envía de todo corazón.

En el Nuevo Casino

A las diez y media de la mañana, la concurrencia era muy numerosa en el espléndido salón de actos de la citada sociedad. Los presidentes de todas las sociedades y círculos de recreo, los directores y redactores de los periódicos políticos, los vocales de la junta directiva del Nuevo Casino y un grandísimo número de socios del mismo se agrupaban esperando la hora de dar principio a la formación de los manifestantes.

En el centro del gran balcón corrido que da luces al gran salón de actos estaba colocado un sencillo pendón con los escudos de Navarra y Pamplona pintados en cada una de las dos caras del mismo que –como ayer dijimos- ostentaban los colores rojo y blanco correspondientes a la provincia y ciudad respectivamente.




En los dos lados se leía el lema:

                   ¡FUEROS!
                                ¡PACTO-LEY
                                                 de 1841!


En la plaza de la Constitución íbase reuniendo buen número de manifestantes que, a las once, formaban numerosísima e importante masa de todas las clases sociales y de todos los partidos políticos sin excepción. El amor a Navarra y el culto por sus fueros unía a republicanos y carlistas, integristas y liberales que se veían anexionados y departían afectuosamente, olvidando sus diferencias y recordando sólo que todos habían visto la luz primera en este noble solar navarro…

Las once

Llegada la hora, la comisión directiva, y a su frente el dignísimo presidente del Nuevo Casino, señor don Fermín Iñarra, abandonaron los salones del citado centro de recreo y precedidos de varios dependientes del mismo, bajaron a la plaza para ponerse a la cabeza de la manifestación.

Al aparecer el señor Iñarra –portador del pendón que hemos descrito- más arriba- una nutrida salva de aplausos y calurosos vivas a Navarra y a sus fueros, se alzó de aquel hervidero de cabezas cubiertas con la clásica boina y con el reluciente sombrero de copa que confundido y hermanado con aquella, demostraba lo popular y unánime de la manifestación. Puesta la comisión al frente del movimiento, se emprendió la marcha en dirección al palacio de la Excma. Diputación foral y provincial.

Empieza la manifestación
 
El paso de la manifestación por la plaza del Castillo fue una ovación continuada. Las señoras, que poblaban los balcones, allí como en los demás sitios por donde pasó agitaban sus pañuelos, y se adherían al acto que estaba realizándose, con otras muestras más claras y patentes todavía.

Al llegar la comitiva cerca del palacio provincial, salieron al balcón los señores diputados y saludaron con muestras de entusiasmo a los manifestantes.

La comisión directiva subió, con el pendón al frente, a cumplimentar a la Corporación.

En el salón de sesiones, -y mientras el resto de los manifestantes vitoreaban la enseña de su país que había colocado en el balcón del palacio provincial- tuvo lugar un acto por demás solemne. El señor Iñarra, como presidente de la comisión directiva, hizo presente a la Excma Diputación foral el sentimiento con que el pueblo de Pamplona ha visto los proyectos del señor ministro de Hacienda que consideraba atentatoria a nuestros derechos forales, y expresó la confianza que toda la provincia tiene depositada en la Diputación como natural y genuina representante de los intereses de Navarra. Contestó en nombre de la Diputación su vicepresidente señor Eseverri, quien visiblemente emocionado indicó el placer con que la Corporación veía la impresionante manifestación que se estaba realizando y aseguró que todos y cada uno de los señores diputados están dispuestos a defender enérgicamente los derechos de la provincia, en cumplimiento del sagrado juramento que prestaron al tomar posesión de su cargo. El acto resultó verdaderamente solemne.

Inmediatamente salieron al balcón del salón del trono los diputados e individuos de la comisión –que fueron de nuevo calurosamente aplaudidos por los manifestantes-. El señor Eseverri dio un viva a los fueros y que fue contestado con entusiasmo.

Frente al Gobierno civil

Nuevamente se pusieron en marcha los manifestantes, que por el paseo de Valencia, se dirigieron al Gobierno civil, frente al cual se pararon para dar lugar a que una comisión compuesta por los presidentes de los casinos y director de El Eco de Navarra, en representación de la prensa, cumplimentase al señor gobernador y le hiciesen entrega de la exposición dirigida a los poderes públicos a que ayer hicimos referencia.

El gobernador civil a la comisión con su acostumbrada amabilidad y le hizo presentir sus buenas disposiciones para cuanto pueda redundar en beneficio del país, dentro de la legalidad más estricta y sin perjuicio de los estrechos deberes que le impone su cargo. Acto continuo el señor García Gómez de la Serna salió al balcón y dirigió la palabra a los manifestantes que prorrumpieron en vivas a España, a Navarra y a Pamplona, contestando a los dados por el señor gobernador a quien vitorearon calurosamente.

Del gobierno civil fue la manifestación a la Casa Consistorial, recorriendo las calles de la Ciudadela, Taconera, Mayor a la plaza del Ayuntamiento. En todas las calles citadas el número de manifestantes creció –si esto era posible- y se mostró de nuevo el entusiasmo del vecindario. En los balcones se veía gran número de señoras que saludaban a la manifestación.

En la Casa-Consistorial

El balcón del piso principal de la Casa-Consistorial se hallaba ocupado por la corporación municipal. La comisión directiva subió a cumplimentar al Ayuntamiento y se colocó el pendón en el balcón a la vista del pueblo que cubría literalmente toda la plaza y se agolpaba en las calles próximas por carecer de espacio para penetrar en aquella. El alcalde señor Larrondo breves sentidas frases a los manifestantes que le contestaron con atronadores aplausos, vivas a Navarra, a los fueros y a la unión vasco-navarra. El distinguido abogado señor Aranzadi, defiriendo a las reiteradas instancias del pueblo, pero considerando que no era ocasión aquella apropiada para hacer discursos, se limitó a decir dos palabras, pero dos palabras inspiradísimas: "Navarros, -dijo- hoy no es día de hablar; hoy es día de sentir. ¡Viva Navarra!" Efectivamente; y consideramos difícil expresar mejor y con menos palabras el carácter de la manifestación.

Termina la manifestación

Desde la Casa Consistorial la manifestación se dirigió por las calles de Mercaderes y Chapitela a la plaza de la Constitución, donde se había organizado. El alcalde señor Larrondo, ocupó un puesto a la derecha del señor Iñarra que llevaba el pendón, y a la izquierda se coloco el señor teniente alcalde señor Roncal; este acto de los citados señores hizo subir de punto el entusiasmo del pueblo de Pamplona que veía tomar parte activa en su manifestación a sus representantes en el municipio. También los demás tenientes de alcalde y concejales se unieron al movimiento popular.

Una vez llegados frente al Nuevo Casino, subieron a este centro los individuos del Ayuntamiento y comisión directiva, cuyo presidente, señor Iñarra dirigió breves frases al pueblo, dando por terminada la manifestación, y rogando a todos que se disolviesen y retirasen con la misma prudencia y mesura que habían mostrado durante el importante y trascendentalísimo acto que acababa de terminar. Un último viva a Navarra y a los fueros pusieron fin a la manifestación.
Diez minutos después todo había quedado tranquilo."
 
Si esto fue la jornada de ayer qué será la del próximo 4 de Junio. Una auténtica "gamazada", por llamarla así frente al bodrio de Gamazo.

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